martes, 14 de julio de 2009

La asexualidad.


Han sido cinco años de vivir en pareja. Ningún día ha sido de pasión, ni de erotismo y mucho menos de relaciones sexuales. Sin embargo, nada de infelicidad o insatisfacción hay en sus vidas. Es más, han desarrollado un lazo afectivo que casi ninguna situación podría quebrantar.

Se definen como asexuales (o sin deseo sexual), personas que hasta hoy forman un sector poco conocido que representa entre 3% y 5% de la población mundial, pero que cada vez es mayoritariamente identificado.

Son percibidos como los “raros”, pues escapan de los estándares sociales. Ahí están los casados con amor sin sexo, pero también los que en matrimonio llegan al acuerdo de mantener —a petición de la pareja— sexo al menos una vez por mes. Están los solteros que no apetecen lo sexual pero sí un romanticismo y también los que de plano rechazan tanto las relaciones afectivas como el sexo.

Algunos más pueden presentar una frecuencia masturbatoria o recurrencia a las fantasías, pero sin llegar al coito. Otros más pueden reconocerse atraídos por gente de su mismo sexo (gays o lesbianas), pero que tampoco establecen un contacto físico erótico.

Lo cierto es que no está dicho ni escrito todo sobre este tema, pues en el mundo sólo existen unos cinco estudios científicos respecto a las personas que no experimentan libido.

No es un problema psicológico

Asexual Visibility and Education Network (AVEN), que reúne virtualmente a 782 miembros de todo el mundo, de los que 49 son mexicanos, explica que la asexualidad no es una decisión como el celibato, si no una inapetencia al sexo registrada de toda la vida.


Algunos especialistas coinciden en que los asexuales pueden vivir tranquilamente y de manera sana sin tener coitos. “No tienen problemas psicológicos, simplemente no les llama la atención lo sexual y así son felices”, comenta en entrevista el director del Instituto de Neurobiología (INb) de la UNAM, Raúl Gerardo Paredes Guerrero.

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